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Enamorándome de mi esposa provisoria novel Chapter 123

Capítulo 123

Tuson soltó un suspiro de alivio: «El Sr. Macari no está siendo sarcástico hoy, después de todo».

-¿La gente de Vanessa ha ido a la villa?-preguntó Samucl.

– Envió algunes hombres para reunir información. En respuesta, había enviado a nuestra defensa los elementos según sus instrucciones, Sr. Macari. Deberían hacer un movimiento esta noche.

-Bien-dijo Samuel con calma-Dejemos que hagan el primer movimiento esta noche. Si deciden atacar, solo les enviaremos un mensaje. No hay necesidad de exagerar.

Tyson asintio:

-Si, señor.

-¿Que está pasando en el Grupo Yoeger? -preguntó a continuación.

-No mucho -Tyson dudó un rato antes de añadir-: He oido que Yareli ha vuelto al país. Al parecer, se había divorciado del hijo de la familia Yates.

Samuel solto una risa macabra:

– ¿Dejó a Joel Yates? -Tyson asintió como respuesta.

-Los Yoeger son unos desagradecidos comentó Samuel con desprecio-: Contacte con Joel y extienda una oferta de asociación en mi nombre. Puedo ayudarle a conseguir la venganza.

-Si, señor. Considérelo hecho -Tyson asintió de nuevo.

-Vuelve a la oficina con estos documentos-ordenó Samuel-. Hablaremos de todo lo demás esta noche.

-Si, señor Macari. -Tyson sostuvo la gruesa pila de documentos contra su pecho y se volvió para salir de la habitación.

Al pasar por la sala de al lado y notar la puerta entreabierta, miro dentro para descubrir, para su asombro, que Kathleen se había instalado y que Christopher habia llegado.

El modo en que la anciana Sra. Macari los trataba, hacia dificil saber quién era realmente su nieto. Hacer que Kathleen se mude podria ser su manera de darles a ella y a Christopher la oportunidad de pasar tiempo juntos. Si era asi, Samuel podria perder. Como su asistente, deberia pensar en algo.

-¿Que estás mirando, Tyson? – Diana le miró de reojo.

-Nada, senora Macari-murmuró con torpeza-Sólo estoy preocupado por la Sra. Johnson. Nos vemos,

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Kathleen miro a Tyson mientras se daba la vuelta y se iba.

Diana frunció el ceno:

-La gente que rodea a Samuel si que es rara,

-Tyson no es malicioso, vieja señora Macari -explicó Kathleen-. Cuando Samuel no podia hacerme compania, siempre lo enviaba.

-Ese chico tiene mucho dinero para tirar. No tienes mucho que agradecerle-la consoló Diana- Digan lo que digan, Katie, no sientas la necesidad de cargar con todo. No necesitas ser responsable de la vida de los demás. Tu vida debe ser la única que importa. Hazte cargo de tu propia vida, ¿quieres?

Kathleen asintió:

-lo entiendo, señora Macari. No se preocupe. No volveré a ponerme en esa situación.

«Ya no soy la pusilanime que solia ser», penso.

-Bien. Ahora que Christopher está aqui, los dejaré solos -Diana se levantó y sonrió-: Christopher, cuida bien de Katie por mi.

Christopher asintió.

– No se preocupe, señora Macari.

La anciana salió con Maria y entró en el ascensor.

-¿Cree que la señora Johnson y Christopher estarian mejor juntos, señora? – preguntó María mientras la ayudaba a entrar.

-¿Qué te parece? – Diana tenia curiosidad.

-No tengo una opinión -dijo Maria avergonzada-. Después de haber vivido con la señora Johnson durante un tiempo y tras conocerla mejor, me parece que trata a Christopher como un amigo y nada más.

-Eso no importa-replicó Diana con seriedad-. El romance florecerá siempre que se establezca la amistad. Solo temo que el dolor que sufrió Katie pueda tardar más de una vida en sanar.

-¿Cómo lo has sabido?

-Astrid me lo dijo – él se encontró con sus ojos claros,: Me dijo que había algun problema con el negocio de su familia y que Samuel aceptó ayudarla con la condición de que volviera a molestarme.

Ella se quedó sin palabras por el shock. «¿Cómo pudo Samuel hacer algo tan horrible?>>

– Mi relación con Astrid quedó clara hace unos años -explicó Christopher-. Ahora sólo somos amigos.

– No hace falta que me lo expliques, Christopher. Lo entiendo-lo corto ella de inmediato. Aunque Astrid siente algo por ti, tú no sientes lo mismo.

-La he rechazado tanto como he podido – la miró con seriedad-. De hecho, la última vez que te visité le dije que haria que mi asistente se encargara de sus peticiones de ayuda. Ten por seguro que nunca tendré ningún contacto con ella.

Kathleen se rio:

-¿Por qué estás tan nervioso, Christopher? ¿Te asusto?

El se rascola cabeza:

-Me preocupa que lo malinterpretes. No quiero que te sientas insegura.

Kathleen se quedó paralizada un momento.

–Gracias, Christopher –Su voz era suave-. Pero te perderás un montón de chicas estupendas por estar colgado de mi.

Aunque Astrid le puso las cosas dificiles, Kathleen pudo comprobar que le gustaba de verdad.

-Es mejor rechazar a alguien que mantenerle la esperanza, no crees? –dijo Christopher después de pensarlo-. Rechace a Astrid para que no perdiera su tiempo conmigo y encontrara su felicidad en su lugar.

–Yo… – Kathleen se quedó sin palabras.

Puedes rechazarme si no sientes lo mismo, por supuesto continuo-. No tengo a nadie en este momento. No voy a salir con cualquiera solo porque me hayas rechazado. Rechazaré a todos los demás y te esperaré por si cambias de opinión. ¿Lo entiendes?

Kathleen se quedó paralizada, sin saber qué decir.

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