El banquete de bienvenida no terminó hasta media tarde. Para entonces, casi todos los invitados se habían ido, dejando solo al personal limpiando el área y a las empleadas recogiendo los cubiertos.
Tras despedir a Miguel y a César, Enzo regresó a la villa. Fue entonces cuando Ben habló:
—Papá, él me resultó familiar…
—¿Quién? ¿El señor Mendoza?
—Se parece a César Herrera…
Enzo se detuvo bruscamente y se volvió a mirar a Ben.
—No bromees con eso… César Herrera ya murió, ¿no?
—¿Y qué pasa si sigue vivo?
Enzo se quedó pensativo y arrugó el entrecejo.
—No lo menciones cuando Celia esté presente. En cuanto a su verdadera identidad, haré que lo investiguen en Starema.
Marcelo era una figura importante en Valmora. Si alguien se atreviera a suplantar a su hijo adoptivo, con una investigación lo sacarían a la luz.
***
Celia, ya cambiada, estaba sentada frente al tocador quitándose el maquillaje. Al limpiar el lápiz labial, sus dedos rozaron sus labios y de repente recordó ese beso intenso, casi asfixiante, ocurrido en las escaleras.
¿Él usó la máscara para evitarla a propósito? O era por otra razón… Zeus Mendoza, César Herrera… Evidentemente, eran la misma persona. ¿Por qué él simplemente no lo reconoció? Las dudas llenaron su mente…
—¿Celi?
Nieve abrió la puerta y asomó la cabeza para mirarla. Celia se volvió y le sonrió.


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